CONTEXTO PARA LA EVALUACIÓN
EVALUACIÓN ACADÉMICA: La evaluación académica
se concibe como un proceso de formación integral y de valoración del
rendimiento del proceso educativo del estudiante a partir del proyecto
educativo institucional (PEI), el modelo pedagógico y los criterios
establecidos en los estándares de calidad.
EVALUACIÓN
Institucionalmente, la evaluación se concibe
como un proceso sistemático, continuo y permanente que permite verificar los
aspectos que promueven la formación integral del estudiante y los niveles en
que se desarrolla el pensamiento crítico (literal, inferencial y critico), a
través de habilidades como la observación, descripción, análisis y reflexión
las cuales contribuyen a asimilar, comprender, criticar y aplicar el
conocimiento.
Evaluación es: La evaluación acompaña todo el proceso de enseñanza
y aprendizaje, no con el propósito de excluir, sino de promover. Se valoran los
logros de aprendizaje con el objeto de que los estudiantes se hagan cargo de su
propio ascenso en el desarrollo de competencias, de acuerdo con los estándares,
que impone el currículo, en función de la formación integral.
La evaluación proporciona sentido humano a toda la
actividad educativa y condiciona la vida futura de nuestros estudiantes.
Mediante la evaluación juzga cada uno qué nivel de maduración ha alcanzado.
Por otra parte, la evaluación indica en qué sentido
deben redireccionarse el proceso de enseñanza-aprendizaje y el tipo de
interacción entre los sujetos del mismo: estudiantes-docentes-
directivos-administrativos-mediaciones pedagógicas.
Para
evaluar, es preciso atender los siguientes aspectos:
- Aceptar los resultados no previstos y los acontecimientos imprevisibles.
- Asumir los datos tanto sobre medios y procesos como sobre productos.
- Valorar las etapas del proceso de aprestamiento y desarrollo, con el fin de corregir oportunamente los errores y mejorar los aciertos.
- Superar la evaluación burocrática vertical y preferir la evaluación participativa, con posibilidad de crítica de los estándares en juego.
- Enfatizar en la progresividad, la auto y coevaluación, el mejoramiento permanente, la resolución de problemas.
- Generar nuevas propuestas de remediación y superación como respuesta a los indicadores del proceso evaluativo.
- Juzgar de manera más cualitativa que cuantitativa y priorizar logros finales integradores sobre momentos fallidos de aprestamiento o proceso.
La nueva ley de educación introduce un cambio sustancial
en
el
sistema
educativo
colombiano,
exigiendo
que
la
evaluación sea cualitativa.
Aquí
nos parece necesario precisar
que
lo
cualitativo
no
excluye
lo
cuantitativo;
por
el
contrario, lo primero incluye lo segundo, cuando es posible
cuantificar. Lo que ocurre es que, en general, no es posible cuantificar fenómenos no objetivizables como la comprensión o la inteligencia. La evaluación cualitativa debe ser
formativa,
continua,
sistemática
y
flexible, centrada en
el propósito
de producir
y
recoger información necesaria
sobre los procesos de enseñanza-aprendizaje que tienen lugar en el aula y por fuera de
ella.
El papel
de
los
docentes,
la
institución y la familia consiste en interpretar
y
valorar las
informaciones
obtenidas
para
tomar decisiones encaminadas a la cualificación de los aprendizajes de los alumnos y de las estrategias de enseñanza utilizadas. En todos los casos,
el
propósito fundamental consistirá en que
la mayoría
de los
alumnos alcancen
los objetivos generales y específicos previstos
en la Ley general de la educación colombiana y en los proyectos educativos de las instituciones y los
logros que subyacen en los indicadores propuestos en la resolución 2343 de 1996.
Orientaciones para la evaluación Toda evaluación educativa es un juicio en donde se comparan
los propósitos y deseos con la realidad que ofrecen los procesos, de aquí que la evaluación debe ser más una reflexión que un instrumento de medición para poner etiquetas
a los individuos; lo que no excluye el reconocimiento de las diferencias individuales. Aunque la evaluación debe incluir
la adquisición de informaciones, importante más el ejercicio
de competencias o formas de actuación que puedan ser nombrados como características
del pensamiento lógico matemático.
En general,
y en particular, además de las actitudes de los estudiantes.
EVALUACIÓN
DIAGNOSTICA: Cuando se pretende básicamente, conocer las ideas previas que tiene los
alumnos sobre sus conocimientos, habilidades y destrezas procedimentales.
EVALUACION FORMATIVA: Trata de analizar los
comportamientos y logros durante el proceso enseñanza aprendizaje.
EVALUACION
SUMATIVA: Cuando permite conocer a los docentes alcanzar el resultado alcanzado.
Consiste en que una persona
evalúa lo que otra ha realizado. El tipo de evaluación que con mayor frecuencia
se utiliza es aquella donde el docente es quien, diseña, planifica, implementa
y aplica la evaluación y donde el estudiante es sólo quien responde a lo que se
le solicita.
La heteroevaluación permite
al alumno y al docente:
AUTOEVALUCION: Cuando el alumno
(evaluado) es quien se evalúa .
- Identificar carencias o “puntos flojos” que es necesario reforzar antes de seguir adelante con el programa.
- Evitar repeticiones innecesarias de objetivos que ya han sido integrados.
- Dar soporte para la planificación de objetivos reales, adecuados a las necesidades e intereses del grupo.
- Trabajar en
el diseño de actividades remédiales, destinadas al grupo o a los
individuos que lo requieran.
Es el proceso donde el
alumno valoriza su propia actuación. Le permite reconocer sus posibilidades,
limitaciones y cambios necesarios para mejorar su aprendizaje. La
Autoevaluación permite al alumno:
- Emitir juicios de valor sobre sí mismo en función de ciertos criterios de evaluación o indicadores previamente establecidos.
- Estimular la retroalimentación constante de sí mismo y de otras personas para mejorar su proceso de aprendizaje.
- Participar de una manera crítica en la construcción de su aprendizaje.
.
COEVALUACION: Cuando el grupo es quien se evalúa.
Es el proceso de
valoración conjunta que realizan los alumnos sobre la actuación del grupo,
atendiendo a criterios de evaluación o indicadores establecidos por
consenso.
La
Coevaluación permite al alumno y al docente:
- Identificar los logros personales y grupales.
- Fomentar la participación, reflexión y crítica constructiva ante situaciones de aprendizaje.
- Opinar sobre su actuación dentro del grupo.
- Desarrollar actitudes que se orienten hacia la integración del grupo.
- Mejorar su responsabilidad e identificación con el trabajo.
- Emitir juicios valorativos acerca de otros en un ambiente de libertad, compromiso y responsabilidad.
Un estado final transitorio puede referirse a la culminación del trabajo en una unidad didáctica, o a un período de tiempo escolar
(tres
meses,
seis
meses,
un
año, tres
años, etc.).
Aquí se
toman
las
decisiones
sobre
los
estudiantes
y
los
ajustes que sean necesarios para continuar con el plan de trabajo. Por ejemplo, programas especiales de apoyo para uno,
varios
o
todos
los
estudiantes;
orientaciones
para
el
alumno
y
para
la
familia;
modificaciones
en
las
didácticas, mejoras en el uso de medios, etc. Es muy conveniente que en la evaluación de los estados
finales transitorios participen
otros profesores del área, para introducir una mejor objetividad
en los juicios de valor.
El significado positivo y
“sano” de una evaluación cualitativa radica en la intención de interpretar, con más precisión, el complejo proceso del aprendizaje significativo. Esto requiere tener en cuenta, con prioridad, los comportamientos y los
procedimientos, las respuestas consideradas como válidas por los diferentes sectores
de la cultura.
Evaluar el estado cognoscitivo y afectivo del estudiante, frente a un área del conocimiento,
significa
considerar todos aquellos elementos
necesarios
para
diagnosticar
los
estados del aprendizaje, los factores
formativos
y
los
logros
alcanzados, de acuerdo
con los propósitos y las estrategias de intervención utilizadas durante el proceso educativo.
Se debe
evaluar
continuamente
al
estudiante
en
comportamientos
que
muestren
su
trabajo
cotidiano:
su
actitud,
su
dedicación, su interés,
su participación, su capacidad de diferenciación en algún área o asignatura
particular, su habilidad para asimilar
y comprender informaciones y procedimientos, su refinamiento progresivo en los métodos para conocer,
para analizar, crear y resolver
problemas, y su inventiva
o tendencia a buscar nuevos métodos o respuestas para las situaciones. Lo
anterior incluye elementos tan variados como:
Las concepciones de los alumnos
sobre los conceptos.
Los cambios que se
presentan en las concepciones mediante la participación activa de los estudiantes durante la construcción de los conocimientos.
La comprensión de los conocimientos básicos en un momento
dado.
El estado de conceptualización alcanzado
frente a los saberes
formales.
Las formas de comunicación de concepciones y conceptos.
La capacidad para aplicar los conocimientos.
La capacidad para interpretar, plantear
y resolver problemas.
Las estrategias y procedimientos utilizados para plantear y resolver problemas.
Los estilos de trabajo: solitario
y colectivo.
La adquisición de destrezas.
La participación
individual en tareas colectivas.
El interés por ampliar
los conocimientos discutidos en el aula.
La capacidad de lectura y escritura de temas relacionados con el área.
La capacidad de reflexionar, críticamente, sobre lo que se aprende, lee o escribe.
Toda evaluación educativa
es un juicio en donde se comparan
los propósitos y deseos
con la realidad
que ofrecen los procesos, de aquí que la evaluación debe ser más una
reflexión que un instrumento de medición para poner etiquetas
a los individuos; lo que no
excluye el reconocimiento de las diferencias individuales.
Contexto para la evaluación
Elementos para la evaluación de logros formativos y cognitivos
Un elemento importante a tener en cuenta es la diferenciación entre las respuestas de los estudiantes y las soluciones. Las primeras son una especie de
acuerdo del sujeto con él mismo, las segundas pertenecen
a los saberes formales. Con estas
connotaciones, no existen
respuestas equivocadas desde
el punto
de vista
del sujeto.
CONTEXTO PARA LA EVALUACIÓN
EVALUACION:
EVALUACIÓN ACADÉMICA: La evaluación académica
se concibe como un proceso de formación integral y de valoración del
rendimiento del proceso educativo del estudiante a partir del proyecto
educativo institucional (PEI), el modelo pedagógico y los criterios
establecidos en los estándares de calidad.
EVALUACIÓN
Institucionalmente, la evaluación se concibe
como un proceso sistemático, continuo y permanente que permite verificar los
aspectos que promueven la formación integral del estudiante y los niveles en
que se desarrolla el pensamiento crítico (literal, inferencial y critico), a
través de habilidades como la observación, descripción, análisis y reflexión
las cuales contribuyen a asimilar, comprender, criticar y aplicar el
conocimiento.
Evaluación es: La evaluación acompaña todo el proceso de enseñanza
y aprendizaje, no con el propósito de excluir, sino de promover. Se valoran los
logros de aprendizaje con el objeto de que los estudiantes se hagan cargo de su
propio ascenso en el desarrollo de competencias, de acuerdo con los estándares,
que impone el currículo, en función de la formación integral.
La evaluación proporciona sentido humano a toda la
actividad educativa y condiciona la vida futura de nuestros estudiantes.
Mediante la evaluación juzga cada uno qué nivel de maduración ha alcanzado.
Por otra parte, la evaluación indica en qué sentido
deben redireccionarse el proceso de enseñanza-aprendizaje y el tipo de
interacción entre los sujetos del mismo: estudiantes-docentes-
directivos-administrativos-mediaciones pedagógicas.
Para
evaluar, es preciso atender los siguientes aspectos:
- Aceptar los resultados no previstos y los acontecimientos imprevisibles.
- Asumir los datos tanto sobre medios y procesos como sobre productos.
- Valorar las etapas del proceso de aprestamiento y desarrollo, con el fin de corregir oportunamente los errores y mejorar los aciertos.
- Superar la evaluación burocrática vertical y preferir la evaluación participativa, con posibilidad de crítica de los estándares en juego.
- Enfatizar en la progresividad, la auto y coevaluación, el mejoramiento permanente, la resolución de problemas.
- Generar nuevas propuestas de remediación y superación como respuesta a los indicadores del proceso evaluativo.
- Juzgar de manera más cualitativa que cuantitativa y priorizar logros finales integradores sobre momentos fallidos de aprestamiento o proceso.
La nueva ley de educación introduce un cambio sustancial
en
el
sistema
educativo
colombiano,
exigiendo
que
la
evaluación sea cualitativa.
Aquí
nos parece necesario precisar
que
lo
cualitativo
no
excluye
lo
cuantitativo;
por
el
contrario, lo primero incluye lo segundo, cuando es posible
cuantificar. Lo que ocurre es que, en general, no es posible cuantificar fenómenos no objetivizables como la comprensión o la inteligencia. La evaluación cualitativa debe ser
formativa,
continua,
sistemática
y
flexible, centrada en
el propósito
de producir
y
recoger información necesaria
sobre los procesos de enseñanza-aprendizaje que tienen lugar en el aula y por fuera de
ella.
El papel
de
los
docentes,
la
institución y la familia consiste en interpretar
y
valorar las
informaciones
obtenidas
para
tomar decisiones encaminadas a la cualificación de los aprendizajes de los alumnos y de las estrategias de enseñanza utilizadas. En todos los casos,
el
propósito fundamental consistirá en que
la mayoría
de los
alumnos alcancen
los objetivos generales y específicos previstos
en la Ley general de la educación colombiana y en los proyectos educativos de las instituciones y los
logros que subyacen en los indicadores propuestos en la resolución 2343 de 1996.
Orientaciones para la evaluación Toda evaluación educativa es un juicio en donde se comparan
los propósitos y deseos con la realidad que ofrecen los procesos, de aquí que la evaluación debe ser más una reflexión que un instrumento de medición para poner etiquetas
a los individuos; lo que no excluye el reconocimiento de las diferencias individuales. Aunque la evaluación debe incluir
la adquisición de informaciones, importante más el ejercicio
de competencias o formas de actuación que puedan ser nombrados como características
del pensamiento lógico matemático.
En general,
y en particular, además de las actitudes de los estudiantes.
EVALUACIÓN
DIAGNOSTICA: Cuando se pretende básicamente, conocer las ideas previas que tiene los
alumnos sobre sus conocimientos, habilidades y destrezas procedimentales.
EVALUACION FORMATIVA: Trata de analizar los
comportamientos y logros durante el proceso enseñanza aprendizaje.
EVALUACION
SUMATIVA: Cuando permite conocer a los docentes alcanzar el resultado alcanzado.
HETEROEVALUACION: Cuando el docente es
quien evalúa:
La heteroevaluación permite al alumno y al docente:
- Identificar carencias o “puntos flojos” que es necesario reforzar antes de seguir adelante con el programa.
- Evitar repeticiones innecesarias de objetivos que ya han sido integrados.
- Dar soporte para la planificación de objetivos reales, adecuados a las necesidades e intereses del grupo.
- Trabajar en el diseño de actividades remédiales, destinadas al grupo o a los individuos que lo requieran.
AUTOEVALUCION: Cuando el alumno
(evaluado) es quien se evalúa.
Es el proceso donde el
alumno valoriza su propia actuación. Le permite reconocer sus posibilidades,
limitaciones y cambios necesarios para mejorar su aprendizaje. La
Autoevaluación permite al alumno:
- Emitir juicios de valor sobre sí mismo en función de ciertos criterios de evaluación o indicadores previamente establecidos.
- Estimular la retroalimentación constante de sí mismo y de otras personas para mejorar su proceso de aprendizaje.
- Participar de una manera crítica en la construcción de su aprendizaje.
.
COEVALUACION: Cuando el grupo es quien se evalúa.
Es el proceso de
valoración conjunta que realizan los alumnos sobre la actuación del grupo,
atendiendo a criterios de evaluación o indicadores establecidos por
consenso.
La
Coevaluación permite al alumno y al docente:
- Identificar los logros personales y grupales.
- Fomentar la participación, reflexión y crítica constructiva ante situaciones de aprendizaje.
- Opinar sobre su actuación dentro del grupo.
- Desarrollar actitudes que se orienten hacia la integración del grupo.
- Mejorar su responsabilidad e identificación con el trabajo.
- Emitir juicios valorativos acerca de otros en un ambiente de libertad, compromiso y responsabilidad.
Un estado final transitorio puede referirse a la culminación del trabajo en una unidad didáctica, o a un período de tiempo escolar
(tres
meses,
seis
meses,
un
año, tres
años, etc.).
Aquí se
toman
las
decisiones
sobre
los
estudiantes
y
los
ajustes que sean necesarios para continuar con el plan de trabajo. Por ejemplo, programas especiales de apoyo para uno,
varios
o
todos
los
estudiantes;
orientaciones
para
el
alumno
y
para
la
familia;
modificaciones
en
las
didácticas, mejoras en el uso de medios, etc. Es muy conveniente que en la evaluación de los estados
finales transitorios participen
otros profesores del área, para introducir una mejor objetividad
en los juicios de valor.
El significado positivo y
“sano” de una evaluación cualitativa radica en la intención de interpretar, con más precisión, el complejo proceso del aprendizaje significativo. Esto requiere tener en cuenta, con prioridad, los comportamientos y los
procedimientos, las respuestas consideradas como válidas por los diferentes sectores
de la cultura.
Evaluar el estado cognoscitivo y afectivo del estudiante, frente a un área del conocimiento,
significa
considerar todos aquellos elementos
necesarios
para
diagnosticar
los
estados del aprendizaje, los factores
formativos
y
los
logros
alcanzados, de acuerdo
con los propósitos y las estrategias de intervención utilizadas durante el proceso educativo.
Se debe
evaluar
continuamente
al
estudiante
en
comportamientos
que
muestren
su
trabajo
cotidiano:
su
actitud,
su
dedicación, su interés,
su participación, su capacidad de diferenciación en algún área o asignatura
particular, su habilidad para asimilar
y comprender informaciones y procedimientos, su refinamiento progresivo en los métodos para conocer,
para analizar, crear y resolver
problemas, y su inventiva
o tendencia a buscar nuevos métodos o respuestas para las situaciones. Lo
anterior incluye elementos tan variados como:
Las concepciones de los alumnos
sobre los conceptos.
Los cambios que se
presentan en las concepciones mediante la participación activa de los estudiantes durante la construcción de los conocimientos.
La comprensión de los conocimientos básicos en un momento
dado.
El estado de conceptualización alcanzado
frente a los saberes
formales.
Las formas de comunicación de concepciones y conceptos.
La capacidad para aplicar los conocimientos.
La capacidad para interpretar, plantear
y resolver problemas.
Las estrategias y procedimientos utilizados para plantear y resolver problemas.
Los estilos de trabajo: solitario
y colectivo.
La adquisición de destrezas.
La participación
individual en tareas colectivas.
El interés por ampliar
los conocimientos discutidos en el aula.
La capacidad de lectura y escritura de temas relacionados con el área.
La capacidad de reflexionar, críticamente, sobre lo que se aprende, lee o escribe.
Toda evaluación educativa
es un juicio en donde se comparan
los propósitos y deseos
con la realidad
que ofrecen los procesos, de aquí que la evaluación debe ser más una
reflexión que un instrumento de medición para poner etiquetas
a los individuos; lo que no
excluye el reconocimiento de las diferencias individuales.
Contexto para la evaluación
Elementos para la evaluación de logros formativos y cognitivos
Un elemento importante a tener en cuenta es la diferenciación entre las respuestas de los estudiantes y las soluciones. Las primeras son una especie de
acuerdo del sujeto con él mismo, las segundas pertenecen
a los saberes formales. Con estas
connotaciones, no existen
respuestas equivocadas desde
el punto
de vista
del sujeto.
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